Hola de nuevo,

Aprovechando un vídeo que he visto en clase que es una adaptación del libro de Spencer Jhonson: ¿Quién se ha llevado mi queso?, quiero hablaros sobre el aprendizaje que se debería realizar en las organizaciones para adaptarse a los cambios y algunos de los problemas que se pueden generar.

En primer lugar, he de comentaros que el libro mencionado anteriormente trata de ilustrar mediante una historieta (una pareja de ratones y otra de personas buscan en un laberinto queso y después se les agota) que hay que enfrentarse a situaciones adversas y adaptarse a un mundo cambiante con rapidez (no hay que lamentarse de que el queso esté acabado sino que se debe preveer que esto podía pasar y buscar soluciones alternativas).

Es cierto que todavía son muchos los que siguen pensando que si con la metodología, las formas, las costumbres, la cultura… que una compañía posee se está bien y se trabaja adecuadamente ¿por qué y para qué hay que cambiar?. La respuesta se basa en que por un lado, la situación actual no va a durar toda la vida y por tanto, hay que adelantarse a los futuros problemas y por otro lado, puede que parezca que todo esté correcto pero en realidad no sea así por lo que se debe mejorar. En definitiva, la idea es ir ¡a por nuevos quesos!.

Como decía el filósofo griego Heráclito de Éfeso: “Ningún hombre puede bañarse dos veces en el mismo río, pues a la segunda vez el río ya no es el mismo, como tampoco lo es el hombre”, lo que quiere decir esta frase es que hay que asumir que todo cambia y nada permanece. Por tanto, uno de los objetivos de las empresas debe ser modificar el pensamiento de las personas reacias al cambio para que entre todos se consiga mejorar ya que nunca se sabe cuando pueden surgir problemas y cuando la situación habitual puede variar. Por todo ello, hay que aprender y tener conciencia de que la adaptación a los cambios es algo inevitable y cuanto antes se tenga en cuenta y se lleve a la práctica será mejor.

No es una novedad que cada día la vida evoluciona ni tampoco que no se realizan las mismas cosas ni se tienen los mismos pensamientos ahora que hace años; por ello, hay que cambiar al compás de todo para no quedarnos atrás. Considero que el hecho de mantenerse estático por miedo o simplemente por vaguedad no es positivo ya que ello genera problemas a la larga y sin embargo, la persona dinámica dispuesta a asumir la realidad actual y a indagar en la busca de opciones y soluciones, llegará lejos.

Con todo ello no quiero decir que se tenga que modificar todo sin razón alguna sino que es necesario estar atentos al entorno que nos rodea para poder anticiparnos a los cambios y de esta forma, poder adaptarnos lo antes posible.

Para finalizar este post os invito a que reflexionéis sobre el tema y sobre que hubiera sucedido y en que situación nos encontraríamos hoy si nuestros antepasados no hubieran hecho nada distinto a lo que solían hacer.